Es el joven Lucio La Chimia, quien, con una base de apoyo improvisada y algunas herramientas a su disposición, se prepara para crear un espectáculo de magia para los amigos del edificio.

Estamos a principios de los años setenta en Bellinzona, en el cantón de Ticino, y Lucio, hijo de inmigrantes italianos en Suiza, gana su primer dinero de esta manera, es decir, sintiendo las necesidades de entretenimiento de sus compañeros y ofreciéndoles una tarde de ocio.

El espíritu emprendedor que se muestra en esa ocasión es el hilo conductor que acompaña a Lucio La Chimia en su crecimiento y en el desarrollo de todas las actividades posteriores.

Desde ese condominio gris en el que vivió con sus padres y hermanas hasta las experiencias en Estados Unidos, desde el regreso obligatorio a Suiza hasta la creación de una compañía de bienes raíces con pérdidas de nueve cifras, Lucio La Chimia demuestra con su propia experiencia de vida y trabajo que crea una fortuna comenzando desde la nada es posible, siempre que se sepa cómo reconocer y explotar sus talentos, trabajar con humildad y determinación, ser capaz de reaccionar frente a lo inesperado y no tener miedo de apuntar alto.

Después de un cuarto de siglo dedicado al desarrollo de sus negocios, hoy Lucio La Chimia, con el nuevo nombre de Lux Von Alchemy, se dedica a guiar a las personas que quieren crecer y mejorar, dándoles la motivación adecuada para emprender el camino de la renovación buscando y las herramientas prácticas para conquistar objetivos cada vez más ambiciosos.

Porque si la transformación de los metales en oro sigue siendo una leyenda legendaria envuelta en magia, la alquimia del éxito es más bien real y posible y, siguiendo los pasos de quienes ya la obtuvieron, el camino para alcanzarla es más fácil y más corto.